Los partidos que conforman la Cuenca del Salado deben afrontar periódicamente las inundaciones de campos y pueblos. Los productores agropecuarios de la zona, y las entidades que los nuclean, se encuentran en estado de asamblea permanente: la semana pasada llevaron adelante un nutrido encuentro en Bolívar y ya se confirmó una nueva reunión para el martes 29, en Saladillo.
El Consejo del Salado ya había lanzado una fuerte advertencia ante la detención de los trabajos de dragado en el tramo IV.2 del río, un segmento estratégico entre Roque Pérez y 25 de Mayo, que amenaza con convertirse en un cuello de botella para el sistema hídrico del centro bonaerense. «No podemos aceptar que las obras del Salado se paralicen por falta de financiamiento cuando el Fondo Fiduciario de Infraestructura Hídrica tiene millones durmiendo la siesta en el Banco Nación», disparó Larrañaga.
«La gente espera por las ramas secundarias del Plan Maestro. La semana pasada estuvimos en la asamblea de Bolívar y así vamos a continuar, yendo adonde haya que ir a exponer la realidad de las obras del Salado y también exponiendo ante nuestras respectivas entidades», expresó.
“Los productores hace tiempo esperan por las obras del Salado que nunca llegan, pero son causa de un reclamo cada vez más fuerte con cada inundación”, agregó.
Uno de los reclamos relacionados al Vallimanca tiene que ver con la liberación de los recursos del Fondo Hídrico Nacional y una inmediata reactivación del dragado en el río. Larrañaga objetó que «cada cosa que se paraliza, en definitiva, es una demora en el conjunto de las obras. Habían sido declaradas prioritarias por este Gobierno nacional, pero esta neutralización es un contrasentido».