Tras la presentación del Presupuesto 2026, el Gobierno confirmó este martes que privatizará mediante un decreto a Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NASA), la empresa que opera las centrales nucleares Atucha I, Atucha II y Embalse. La firma había quedado dentro de la lista de privatizables de la Ley Bases aprobada en 2024.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció en Casa Rosada que se firmará el decreto que da inicio al proceso de privatización parcial. Adorni remarcó que “todas las empresas públicas están sometidas a un proceso de irremediable privatización”.
Según explicó el vocero, el proceso consistirá en la venta del 44% de las acciones en bloque mediante una licitación pública nacional e internacional. Además, se organizará un programa de propiedad participada de hasta el 5% del capital accionario, mientras que el 51% restante quedará en manos del Estado nacional.
La decisión de privatizar NASA, que actualmente está en manos del Ministerio de Economía, la CNEA y ENARSA, respondió a la necesidad de promover la inversión privada en el sector nuclear argentino. La valuación total de la compañía se estimó que podría alcanzar entre us560millonesyus1.000 millones.
Desde el Gobierno justificaron que la incorporación de capital privado es clave para garantizar la continuidad de las operaciones y asegurar los fondos necesarios para proyectos estratégicos. Entre estos proyectos se mencionaron la extensión de vida de la Central Nuclear Atucha I, que prevé su reingreso al mercado en 2027, el Almacenamiento en Seco de Elementos Combustibles Gastados II (ASECG II) y la construcción del primer reactor modular argentino.
La empresa NASA tiene un rol clave, ya que sus tres centrales generan cerca del 7% de la energía eléctrica consumida en el país. Se destacó que es una de las pocas empresas estatales con superávit, habiendo registrado un resultado operativo de más de $103.000 millones durante el primer semestre de 2025.
El Ministerio de Economía proyectó un resultado económico positivo de $23.389 millones para 2026. Se indicó que, mientras en 2023 la empresa recibió transferencias del Estado, en 2024 no recibió ninguna, lo que marcó un cambio en la política de financiamiento hacia el modelo de mayor participación privada.
Finalmente, se detalló que la Central Hidroeléctrica Futaleufú continuará operando bajo concesión transitoria hasta diciembre para garantizar seguridad y continuidad del suministro eléctrico.
Mientras tanto, el Congreso busca declarar de interés público el manejo de la energía nuclear. Amparado en la visión de que todo lo estatal debe ser entregado –o rematado), el Gobierno avanza con la venta de un sector no solo estratégico de la Argentina sino que además le rinde económicamente. Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NASA), la compañía encargada de operar las centrales nucleares del país y cuya privatización fue anunciada días atrás por el vocero presidencial Manuel Adorni, no sólo es una compañía estratégica sino además genera rindes multuimillonarios: tiene un superávit de $ 17.234 millones, y prevén que al terminar el año el balance financiero escale a $ 23.389 millones.
En los pasillos del Congreso se afirma que capitales estadounidenses, junto con aliados argentinos cercanos a ex empleadores del Presidente Javier Milei, están frotándose las manos pensando en hacerse con NASA, con su potencial financiero y con su know how de especialistas, de avanzada en toda Sudamérica. El jefe de bloque de Unión por la Patria en el Senado, José Mayans, propuso declarar al sistema nuclear argentino como un bien público y estratégico.