La visita se produjo en medio de una fuerte presión sobre la moneda. En apenas tres días, el Banco Central debió desprenderse de más de 1.100 millones de dólares para intentar frenar la corrida cambiaria. Las reservas están al límite y apenas alcanzan para sostener la estabilidad del tipo de cambio, mientras los mercados observan cada movimiento del Gobierno con creciente tensión.
El encuentro con Trump concentró toda la atención de la gira. Aunque el respaldo del Presidente estadounidense se expresó públicamente y se difundieron fotos del encuentro, no hubo anuncios de financiamiento ni compromisos concretos que aporten dólares inmediatos para la economía argentina. La Casa Rosada celebró el mensaje y la reunión, pero el resultado concreto de la visita quedó en el plano simbólico.
La gira de Milei pone en evidencia la urgencia del Gobierno por encontrar financiamiento externo. El respaldo discursivo de Trump ofrece un alivio político y simbólico, pero no resuelve las dificultades económicas del país. Las reservas bajas y la presión sobre el tipo de cambio continúan siendo una amenaza concreta, mientras la necesidad de dólares se le hace desesperante.
El viaje también refleja la estrategia política del Gobierno: mostrar apoyo internacional y visibilidad mediática, incluso si no se traduce en soluciones financieras concetas. Al regresar a Buenos Aires, Milei enfrenta un panorama económico complejo, donde la foto y el elogio de Trump contrastan con la presión real sobre las reservas y la economía.
En suma, la gira dejó un respaldo simbólico, pero no alivió la urgencia financiera. El país sigue expuesto a la volatilidad cambiaria y el Banco Central debe lidiar con una situación crítica producto de la especulación financiera y la apertura de importaciones, mientras la Casa Rosada intenta mostrar fuerza política sin contar con recursos concretos.