El quórum de 132 legisladores se conformó con la presencia de Unión por la Patria, Encuentro Federal, Coalición Cívica, Democracia para Siempre, la izquierda, Innovación Federal y algunos radicales. Aunque el diputado Miguel Pichetto propuso votar los vetos sin debate, no logró el apoyo de sus pares, por lo que los temas serán tratados por separado.
Para que los proyectos sigan en pie, necesitarán el respaldo de al menos dos tercios de los diputados. Si lo consiguen, pasarán al Senado para su tratamiento y, en caso contrario, los vetos presidenciales quedarán confirmados. Los decretos 647 y 651, con los que Milei vetó la emergencia pediátrica y la ley de financiamiento universitario, se llevan toda la atención del temario de más de veinte ítems.
En las calles que rodean al Congreso, Patricia Bullrich puso en marcha un enorme operativo represivo, con más de mil efectivos de distintas fuerzas federales. A ellos se les sumará la Policía de la Ciudad, supuestamente con el objetivo de evitar cortes de tránsito y mantener el orden. Las sucesivas marchas al Congreso se han visto tensionadas por reiterados abusos de las fuerzas de seguridad, incluyendo uso inapropiado de gases y detenciones arbitrarias, lo que generó críticas de organizaciones políticas, sociales, sindicales y de derechos humanos.
La marcha, convocada por la comunidad universitaria, las dos CTA, la CGT, partidos políticos y movimientos sociales, es masiva. Además, como cada miércoles, también están allí jubilados autoconvocados que reclaman mejoras previsionales.
Con este panorama, el Gobierno nacional debe lidiar con la presión parlamentaria, judicial y social al mismo tiempo, en un día que pone en evidencia tanto la movilización ciudadana como los límites de la narrativa política oficial.