Manual para leer los resultados electorales del domingo

La provincia de Buenos Aires elige mañana a sus representantes legislativos y, apenas se conozcan los resultados, comenzará otra pulseada: la de instalar relatos triunfalistas. Nacionalizar los votos, leer el mapa por secciones, medir el peso de los intendentes o calcular la nueva correlación de fuerzas en la Legislatura son algunas de las claves para entender qué se juega realmente.

Mañana, los bonaerenses van a las urnas y el lunes empezará la disputa política por la interpretación de los resultados. Como ocurre en cada elección, los distintos espacios intentarán instalar la idea de que ganaron, o al menos que cumplieron sus objetivos, sin importar cuán modestos sean.

La primera lectura tentadora, sobre todo desde la prensa porteña, será la de “nacionalizar” los números: sumar los votos de las ocho secciones y proclamar ganadora a la fuerza con más adhesiones. Ese enfoque podría favorecer a Fuerza Patria o a La Libertad Avanza, pero desconoce la dinámica provincial: no se trata de una sola elección, sino de ocho, con reglas y actores propios.

Otra mirada habitual es la geográfica: cuántas secciones domina cada espacio. Si el peronismo ganara únicamente en la Tercera, la Séptima y la Octava secciones electorales, algunos dirán que su base quedó reducida al conurbano sur, el centro bonaerense y a La Plata. Esa foto permite pintar mapas a dos o tres colores, pero resulta insuficiente para comprender el poder real en territorio bonaerense.

Más interesante es observar lo que ocurre en espacios caracterizados: AMBA, grandes ciudades del interior, zonas rurales o segmentos socioeconómicos específicos. Allí también incidirán los intendentes que encabezaron boletas seccionales. En varios distritos, la discusión será no sólo cuánto sacó cada fuerza, sino cuánto traccionaron esos liderazgos locales y cómo se proyectan hacia 2027.

La lectura más genuinamente bonaerense, sin embargo, está en la Legislatura provincial: cuántas bancas renueva o amplía cada fuerza. Es ese equilibrio de poder lo que define la gobernabilidad, la capacidad de negociación y el margen de acción del Ejecutivo provincial.

Después llegará el análisis más fino: si el desdoblamiento electoral que defendió Axel Kicillof fortaleció su rol como garante de la autonomía bonaerense, si La Libertad Avanza acertó con un discurso uniforme que desplazó al PRO, o si la tercera vía de Somos Buenos Aires logra instalarse con miras a 2027.

El lunes habrá números para todos los gustos. Pero lo importante será distinguir quién mira la provincia con ojos propios y quién sigue interpretándola desde el otro lado de la General Paz. Esa diferencia marcará el valor real de los análisis.

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