Siguen los retrocesos en Derechos Humanos: Milei saca a Argentina del Consejo de DDHH de la ONU y debilita su rol internacional

Amnistía Internacional cuestionó con firmeza la decisión del presidente Javier Milei de que Argentina decline su candidatura para integrar el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, un foro central para proteger y promover los derechos humanos a nivel global. Según la organización, esta medida refleja “la falta de interés en tener un lugar en esa mesa” y debilita la participación argentina en decisiones internacionales de relevancia.

El retiro implica que Argentina no podrá votar ni presentar resoluciones, aunque seguirá sujeta a los mecanismos internacionales de supervisión de derechos humanos. Amnistía Internacional destacó que el Consejo de Derechos Humanos permite monitorear violaciones, establecer misiones de investigación y exigir el cumplimiento de obligaciones gubernamentales, siendo un espacio clave para proteger derechos dentro y fuera del país.

Históricamente, Argentina fue miembro fundador y tuvo un rol activo en el Consejo, impulsando resoluciones sobre diversidad, justicia climática y respaldando misiones de verificación en países como Venezuela y Myanmar. El retiro actual supone un retroceso frente a esa tradición, limita la influencia del país en debates internacionales y envía una señal de alejamiento del compromiso multilateral que caracterizó a gobiernos previos.

Amnistía Internacional advirtió que la salida del país afecta su proyección internacional, reduce la capacidad de liderazgo y la posibilidad de influir en la definición de políticas y normas globales de derechos humanos. La organización concluyó que la medida de Milei “envía un mensaje preocupante sobre la voluntad del Gobierno de sostener compromisos con los derechos de las y los argentinos en el mundo”, debilitando herramientas diplomáticas históricamente utilizadas para defender estándares de derechos humanos.

El retiro de Argentina no es solo simbólico: representa un retroceso tangible en la política internacional del país, con implicancias políticas y diplomáticas, y una pérdida de influencia en la elaboración de normas y políticas que protegen derechos fundamentales, tanto a nivel global como dentro del país.

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