El resultado superó holgadamente la meta del 80% de efectividad que se había fijado como umbral mínimo, lo que generó satisfacción en las autoridades provinciales y en los equipos técnicos encargados del operativo. De las escuelas habilitadas, 4.747 lograron transmitir datos, es decir, casi el 86%, mientras que las restantes presentaron fallas técnicas o dificultades de acceso que, según anticiparon desde la organización, serán ajustadas en las próximas semanas.
El ensayo también permitió testear la robustez del protocolo de seguridad y fiscalización. El Correo Argentino, encargado de la recepción y procesamiento de los telegramas, aplicó el mecanismo de doble carga manual aleatoria: cada imagen es digitada por dos operadores distintos y, en caso de discrepancia, se activa una tercera carga de control. Además, el sistema bloquea posibles inconsistencias —como un número de votantes mayor a los electores registrados en el padrón— y registra cada acción de los operadores (usuario, hora, puesto), garantizando trazabilidad completa.
La fiscalización política también estuvo contemplada: los apoderados de las distintas fuerzas partidarias siguieron todo el procedimiento, desde la recepción de los telegramas hasta la validación final de los datos. Este seguimiento, sumado a la posibilidad de revisar imágenes de los telegramas y los registros de carga, fue señalado como un factor central para reforzar la transparencia del sistema.
Las autoridades remarcaron que esta primera experiencia constituye un paso previo al simulacro definitivo del 23 de agosto, donde se replicará de manera más exhaustiva el flujo de la jornada electoral real. La expectativa es que, con los ajustes técnicos necesarios, el sistema esté en condiciones de garantizar un recuento rápido, seguro y transparente en las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre.