La disputa se enmarca en la cuestión del armado electoral y la puja por un lugar en las listas bonaerenses. Allí es donde residen las diferencias entre los “Karinos”, encabezados por Pareja, y “Lule” y Martín Menem; mientras que del otro lado se ubican los laderos de Caputo. En este caso, fue su tropa digital la que le marcó la cancha al titular de LLA en la Provincia.
El reciente movimiento de Caputo se encuadra en una puja de poder dentro de La Libertad Avanza, donde coexisten diferentes visiones sobre la construcción y el futuro del espacio. En este escenario, las diferencias estratégicas entre Caputo y Sebastián Pareja, el principal armador territorial del partido en la provincia de Buenos Aires y hombre de confianza de Karina Milei, se vuelven cruciales.
Caputo representa un ala más ideológica y digital del partido. Su estrategia se centra en movilizar a la militancia a través de redes sociales y en mantener una intransigente «pureza doctrinaria» libertaria.
Denominado internamente «El mago del Kremlin” y con enormes montos de dinero estatal a su disposición, Caputo lidera el grupo conocido como «Las Fuerzas del Cielo», integrado por militantes digitales que –comandados por Daniel Parisini, conocido como “el Gordo Dan”– replican el discurso oficial y atacan a quienes perciben como adversarios (ya sean ajenos o propios) en el mundo virtual. Su influencia sobre el Presidente Milei es innegable, y busca consolidar un poder centralizado en la figura presidencial y su círculo más cercano.
Por su parte, Sebastián Pareja preside LLA a nivel bonaerense y tiene una visión más pragmática y territorial. Su objetivo es construir poder real en la provincia de Buenos Aires, incluso incorporando figuras provenientes de otros partidos, como el PRO y el peronismo, bajo la lógica de sumar volumen electoral. Cercano a la Secretaria General de la Presidencia Karina Milei, Pareja prioriza el armado de estructuras locales y la negociación con actores políticos ya establecidos. Esta estrategia ha generado tensiones con el ala más purista del partido, que ve con recelo la incorporación de «outsiders».
En este contexto, Agustín Romo, presidente del bloque de La Libertad Avanza en la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, emerge como un hombre de confianza de Caputo. Su perfil, activo y confrontativo en redes sociales, encaja con la visión de Caputo de un liderazgo más agresivo. Su ascenso podría significar un fortalecimiento del ala dura de LLA y un desplazamiento de las figuras más dialoguistas o provenientes de otros espacios.
La jugada de Caputo, como se dijo, es desplazar a Espert, una figura con peso propio y cercanía al Presidente, y debilitar el armado de Karina Milei. En caso de que se salga con la suya, estaríamos ante una fractura de la alianza con Espert y sus seguidores que pondría en riesgo la unidad del frente Avanza Libertad. La consecuencia sería un debilitamiento electoral que podría alejar a votantes que se identifican con Espert.
Al mismo tiempo, se impondría internamente el ala dura, desplazando a Karina Milei y consolidando el ya nada despreciable poder de Caputo y su visión dentro del partido, con la inevitable intensificación del discurso confrontativo del espacio libertario.
La interna de La Libertad Avanza, con Caputo moviendo sus piezas para imponer a Agustín Romo y afectar el armado de Karina Milei, revela las tensiones y las diferentes estrategias que pujan dentro del oficialismo. El desenlace de esta disputa tendrá un impacto definitorio en el futuro del espacio libertario y su capacidad para consolidarse como una fuerza política duradera.