Un trabajador que pidió reserva de identidad indicó que «los despidos de los compañeros fueron todos sin previo aviso: si cuando te enfocaba la cámara de ingreso aparecías en la lista, o no te dejaban entrar, o te dejaban entrar a trabajar, pero te avisaban que el lunes no vengas».
«A algunos les dijeron que era por achicamiento de la planta de personal, a otro compañero lo echaron estando de licencia por enfermedad, [entre los despedidos] hay contratados, gente de planta con años de antigüedad… es todo muy raro», señaló la misma fuente.
Los trabajadores del frigorífico también manifestaron su descontento con sus representantes gremiales indicando que «los del sindicato ni idea quiénes son, sé que son gente de Buenos Aires, pero nunca nos consiguieron ningún tipo de mejora, todo lo contrario: vienen, ‘arreglan’ con la empresa y se van. Nosotros cada vez peor y ellos con los bolsillos cada vez gordos». Séptima Hoy intentó en numerosas oportunidades ponerse en contacto con Julio Romero, el representante del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Carne y sus Derivados del Conurbano Bonaerense y Sur de la Provincia de Buenos Aires que visitó hoy Azul por este tema, pero el gremialista nunca atendió los llamados ni respondió los mensajes,
El frigorífico, que opera bajo la marca Azul Natural Beef, es el mayor empleador privado de Azul. Cuenta con una planta de 15.000 m², 1.200 m² de corrales, capacidad de faena diaria de un millar de animales y puede almacenar hasta 3.000 toneladas de carne refrigerada. Según su sitio web oficial, la empresa emplea a 950 personas y promueve valores como el respeto, la honestidad y el compromiso con su equipo humano.
En su presentación institucional, la empresa afirma con orgullo que sus trabajadores son «el capital más preciado» y que mantienen un «compromiso sostenible en todos los procesos productivos». Los recientes despidos contrastan con la imagen que la compañía busca proyectar.