El pasado jueves se llevó adelante una nueva sesión del Concejo Deliberante de Olavarría y, por mayoría, se convalidó un proyecto de comunicación expresando repudio ante la decisión del Director General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, Alberto Sileoni, respecto a la distribución de material de lectura.
El proyecto de repudio fue llevado al Legislativo local por la concejala Adela Casamayor (Cimientos de Libertad), quien se subió a la ola de cuestionamientos de la iniciativa la Dirección General de Cultura y Educación de distribuir en escuelas bonaerenses libros con supuesto «contenido sexual explícito».
La Provincia, mediante el programa «Identidades Bonaerenses, busca acercar literatura variada a estudiantes de secundaria y otros espacios educativos.
«Con los niños no», dijo la concejala de Cimientos de Libertad en el desarrollo de su discurso de repudio y opinó que «el lenguaje que se utiliza en esta colección que se ha presentado raya lo vulgar, chocante y agresivo para niños que están en el inicio de su vida sexual».
Casamayor dijo que Sileoni calificó a estos libros como «literatura» y de inmediato juzgó que «para mí es pornografía explicita y grosera, no me considero una pacata y una moralista pero hay cosas que se deben conservar en la intimidad».
Entre sus fundamentos, la edil agregó que «la enseñanza para los niños en el inicio de su vida sexual es fundamental, porque eso los va a grabar para el futuro. Me parece demasiado chocante este lenguaje grosero».
«Una cosa que he notado en estos libros es que no se habla de amor, porque una cosa es hacer el amor y otra es tener sexo. Uno cuando hace el amor está libre de hacer lo que quiera, pero eso no se lo enseñan a los niños, les enseñan directamente pornografía con actos explícitos», opinó la concejala mileísta. Durante la sesión, Casamayor leyó algunos fragmentos de los textos presentes en los libros y juzgó la situación como «avergonzante».