El respaldo de los cinco radicales que cambiaron de bando resultó clave. Pero también las ocho abstenciones «federales» y un llamativo reemplazo de última hora. UxP y la izquierda, sin fisuras. Milei calificó de «héroes» a unos y de «degenerados» a otros. Afuera, por tercera semana consecutiva, Policía de CABA, Gendarmería, Policía Federal, Policía de Seguridad Aeroportuaria y Prefectura Naval reprimieron a los trabajadores pasivos que reclamaban por un aumento de sus haberes jubilatorios en el marco un contexto inflacionario fuera de control.
Ayer miércoles, y con el respaldo de los bloques de Libertad Avanza y PRO, más el acompañamiento de un grupo de legisladores radicales que cambiaron de posición, la Cámara de Diputados dejó firme el veto del presidente Javier Milei a la ley que aumentaba 8,1% las jubilaciones y estableció una nueva fórmula de cálculo que abre la posibilidad de que futuros incrementos no estén limitados por el nivel de inflación. El resultado de la votación fue de 153 diputados a favor de rechazar el veto, 87 que lo respaldaron y 8 abstenciones. Para alcanzar los dos tercios se necesitaban 166 voluntades, por lo que se estuvo a 13 votos de conseguir su objetivo.
Agrupaciones de jubilados, la Confederación General del Trabajo, movimientos sociales y otros manifestantes fueron reprimidos en las inmediaciones del Congreso tras la votación. Durante las protestas se asistió a unas 16 personas por distintas heridas, y tres de ellas resultaron internadas. Además, hubo tres detenciones.
Para el resultado final de la votación resultó clave el cambio de postura de cinco diputados radicales que en junio habían votado a favor de la reforma: Mariano Campero, Pablo Cervi, Martín Arjol, José Tournier y Luis Picat; como así también la abstención del bloque de Innovación Federal, que responde a los gobernadores de Río Negro, Misiones y Salta.
Juntos, esos cinco radicales y los ocho federales suman 13 escaños: si no hubiesen cambiado de opinión respecto de las bondades del proyecto luego de que fue vetado, esa decisión del Presidente se hubiese caído y el incremento a los haberes se hubiese mantenido firme. También resultó estratégico el reemplazo del radical entrerriano Rodolfo Galimberti, que había anunciado un voto contra el veto, por la PRO cercana al gobernador Rogelio Frigerio, que votó a favor. Nancy Ballejos era la suplente en la lista que llevó a Galimberti al Congreso, quien dejó la bancada para ocupar una silla en la comisión técnica que administra la represa Salto Grande, donde cobrará 8 mil dólares al mes. El diputado del Frente de Izquierda Nicolás del Caño denunció como “un escándalo” ese reemplazo.
Para el Ejecutivo fue un éxito que celebró el propio Milei, quien en las redes sociales difundió un mensaje en el que calificó de “87 héroes” a los diputados que no se plegaron al rechazo al veto. El Presidente había sostenido en varias oportunidades que el aumento –unos 14 mil pesos para las jubilaciones mínimas, que están en 304.540,23- y el cambio de fórmula atentaban contra el superávit de las cuentas públicas. Por eso, nuevamente calificó de “degenerados fiscales” a los legisladores que optaron por respaldar el incremento de haberes.
Tensión fuera del Congreso
Ya desde temprano se vivía un clima tenso en las afueras del Congreso, donde se habían concentrado miles de personas. Sin embargo, los incidentes se produjeron una vez que la Cámara baja ratificó el veto presidencial. En esos momentos, los manifestantes fueron reprimidos con gases lacrimógenos después de haber tirado vallas de seguridad que rodeaban la zona.
Movimientos sindicales y sociales y piqueteros desafiaron a las fuerzas de seguridad, que tenían la orden de aplicar el protocolo antipiquetes. El Ministerio de Seguridad, a cargo de Patricia Bullrich, había desplegado un megaoperativo con fuerzas federales (Policía Federal, Prefectura Naval, Gendarmería y Policía de Seguridad Aeroportuaria) para evitar el corte de arterias y la circulación vehicular. Dicho operativo se aplicó en coordinación con la Ciudad de Buenos Aires, que aportó la policía local.
Una de las imágenes de la jornada fue una niña de 10 años que fue alcanzada por gas pimienta durante la represión. Como respuesta, desde las redes sociales la ministro Bullrich trató de irresponsable a la madre de la menor: «En estas últimas marchas hubo un grupo de militantes que fueron con piedras y palos a pegarle a la Policía y ahora dicen que la Policía le tira gases a una nena. La responsabilidad de llevar a una nena de 10 años a una marcha rodeada de personas violentas es responsabilidad de esta madre irresponsable”.